Últimamente está muy en boga en toda la comunidad y estamentos de la iglesia, la comunicación. Esto es gracias a la importancia constante que el Papa Francisco da a los medios de comunicación de hoy en día incluidas las nuevas tecnologías que permiten llegar a todos lados y a todo el mundo.
Pero no es exclusiva de SS Francisco, ya Juan Pablo II en 1996 y a través de su Exhortación Apostólica Vita Consecrata, daba una importancia primordial a los medios, y eso que internet casi no había nacido, ni sabíamos lo que era, ni mucho menos intuíamos en que se podía convertir y el alcance que iba a tener. “Los medios han adquirido una capacidad de difusión cósmica mediante poderosas tecnologías capaces de llegar hasta el último rincón de la tierra. Las personas consagradas especialmente cuando por su carisma institucional trabajan en este campo, han de adquirir un serio conocimiento del lenguaje propio de estos medios, para hablar de Cristo de manera eficaz al hombre actual, interpretando sus gozos y esperanzas, sus tristezas y angustias, y contribuir de este modo a la construcción de una sociedad en la que todos se sientan hermanos y hermanas en camino hacia Dios.” ¡Hace 22 años! Además, con pleno conocimiento del poder que los medios tienen, hizo una advertencia: “dado su extraordinario poder de persuasión, es preciso estar alerta ante el uso inadecuado de tales medios”. Afirmar esto en 1996 explica el pleno conocimiento que SS Juan Pablo II tenía sobre la comunicación y su alcance.
Pero está claro que el que mejor hizo uso de la comunicación, sin medios, sin soportes tecnológicos, sin internet, sin redes (solo existían las de pesca), ni siquiera un triste megáfono, fue un tal Jesús, hace más de 2000 años, que solo con su voz y con la ayuda de 12 amigos lanzaron una serie de mensajes que siguen vigentes hoy en día y por los que millones de personas dan su vida. Hoy en día diríamos de Él que es un “crak” o como dicen los millenials y con todos los respetos, el “p… amo”.
Por tanto, es imprescindible el uso de la comunicación para la comunidad eclesiástica en general: congregaciones, parroquias, laicos… y, como decía SS Juan Pablo II, hacer de esa comunicación un uso responsable. Por este motivo, existen profesionales expertos en comunicación y conocedores del ámbito religioso, como “CONFÍA PRODUCCIONES Y COMUNICACIÓN”, que ayudan a que esto sea posible. Algunos ya lo hacen, confían en nosotros y les va muy bien.
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